No es novedad que el moderno consumidor se ve constantemente obligado a tomar decisiones y a elegir entre las abundantes opciones que le ofrece el creciente mercado de ofertas. Pero la cuestión resulta delicada cuando se trata de alimentos que integran la dieta de todos los días y que en muchos casos se presentan como insustituibles y saludables. Generalmente el consumidor elige influido por condicionamientos, tanto culturales como publicitarios, que poco favorecen a su calidad de vida. La falta de tiempo, la confusión o el deseo de hallar soluciones “fáciles”, resultan ser malos consejeros a la hora de decidir sobre un aspecto íntimamente relacionado con nuestra salud: el alimento cotidiano.
Si bien hay temas tratados en otros libros monográficos específicos aquí abordamos las propiedades de algunos alimentos interesantes y útiles para resolver ciertas problemáticas comunes. Extraídos de las dos primeras obras citadas, los textos aquí reunidos pretenden colaborar con el necesario cambio de hábitos alimentarios, introduciendo al uso de alimentos más fisiológicos y depurativos, esenciales para recuperar plenitud y calidad de vida. Incluso se acompañan recomendaciones para incursionar en tres técnicas caseras sencillas y facilitadoras de la transición hacia una alimentación más depurativa y vitalizante. Nos referimos al licuado, el germinado y el fermentado; procesamientos que mejoran y potencian las condiciones de nuestros alimentos esenciales.
La intención de esta guía, totalmente renovada en su contenido respecto a ediciones anteriores, es brindar al consumidor atento a su salud, elementos de juicio para discernir con claridad a la hora de modificar hábitos, evitando fracasos, engaños y decepciones.
Aunque reiterativo, es importante invitar siempre a que el lector aborde la cuestión alimentaria como parte de un proceso y no como una acción aislada. Aún el mejor alimento corre el riesgo de ser desperdiciado si el organismo que debe procesarlo está desordenado y tóxico. Conceptualmente es como echar nafta “premium” en un motor carbonizado y fuera de punto: sería “tirarle margarita a los chanchos” y la falla igualmente persistiría.
Por tanto decimos que el cambio alimentario es una condición necesaria, pero no suficiente, si pretendemos resolver nuestro desorden orgánico y funcional, cuya sintomatología recibe el incorrecto nombre de “enfermedad”. De este modo comprenderemos mejor el acto alimentario y abordaremos la nutrición fisiológica como una herramienta sinérgica y complementaria de los demás andariveles depurativos: limpieza de órganos, desparasitado, limpieza de fluidos internos, oxigenación, incremento vibracional…
Extraído de https://nestorpalmetti.com/libros/alimentos-saludables-nestor-palmetti/